Uno de los recurrentes problemas para los encargados de la economía de cada país es el fenómeno de la Inflación, es decir, cuando los precios tanto de bienes como servicios se disparan en alza simultáneamente, no obstante muchos gobiernos la utilizan de forma moderada para beneficiar los índices de empleo, pero esto no es lo más recomendable, ya que toda economía necesita una cierta estabilidad y la utilización de la inflación produce problemas a largo plazo, los que necesitan una mayor atención de la política económica.
Las consecuencias de esta situación cambian en tanto esta pueda ser programada o sorpresiva, como también se presentan diferencias dependiendo de la tasa de inflación. Cuando la tasa de inflación es baja, no se presentan efectos muy pronunciados o identificables dentro de la sociedad, sin embargo, cuando la tasa es alta todo cambia ya que esta situación afecta directamente a la población porque al elevarse los precios de la oferta, se hace más difícil obtener el bien, tomando en cuenta que el salario del demandante sigue siendo el mismo, o sea inferior a lo que se quiere comprar, dejando como resultado que cada vez el suelo de los trabajadores sea menos sustentable. Esto afecta en mayor medida a las clases más bajas, pronunciado por los desniveles económicos, especialmente en Chile, por lo tanto trabajadores y/o pensionados, receptores ambos de ingresos fijos que sólo varían al año.
Las consecuencias de la inflación sorpresiva deja en evidencia las injusticias sociales y la importancia del poder que tiene la política económica y como influye en la vida de la población de cada país el cómo varíen los precios a nivel nacional e internacional. Como por ejemplo el valor de la moneda.
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